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Trabajo de campo

     Esta investigación se llevó a cabo en un período de seis meses.

 

     Para poder desarrollar las crónicas y el material audiovisual fue necesario hacer una inmersión en el pueblo de Cata. Realizamos tres viajes y en total estuvimos en la costa aragüeña durante 16 días. 

 

     Durante nuestro trabajo de campo las familias catenses nos abrieron las puertas para conocerlos y conocer su cultura. Con nuestros entrevistados pudimos establecer una buena relación y nos hicieron sentir parte de sus hogares. Comimos cacao, bombones,"choco Bery", coco, pescado fresco y verduras recién sacadas de la tierra. 

 

     En los tiempos libres nos bañamos en las aguas cristalinas de Bahía de Cata y en las corrientes del río que rodea al pueblo. Nos enamoramos de los amaneceres, atardeceres y noches con vista al Caribe.  

 

     Sin embargo, durante esos días también padecimos las carencias de un pueblo con fallas en sus servicios. La falta de electricidad nos impidió refrigerar alimentos y cargar nuestros equipos electrónicos. Caminamos más de una hora trayectos que toman diez minutos en carro por las pocas unidades de transporte público y su servicio intermitente. 

 

     Fuimos testigos de cómo la crisis económica acabó con restaurantes, bodegas y demás comercios en el pueblo de Cata. Queda el recuerdo de que existieron porque en sus paredes de pintura pelada aún se lee lo que ofrecían.  

 

     La escasez de efectivo limitó nuestras compras y la poca señal telefónica dificultó los pagos con punto de venta. Vimos a un pueblo detenerse mientras esperaban el camión que surte bombonas de gas. 

 

     A pesar de las dificultades, Cata es una tierra con muchas bondades. La comida de sus platos sale de la tierra y el mar. Siempre hay agua dulce en las casas del pueblo porque viene directamente de la montaña. Tienen turistas para atender. Tienen mucho potencial que aún no han explotado. Uno de ellos es el cacao. 

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